Otra vez nos levantamos temprano, para ir dejandolo todo listo para nuestro siguiente viaje, pero como hasta las 11 no llegará el dueño del B&B decidimos dar un último paseo por la ciudad, recorriendo algunas callejuelas secundarias por las que no hemos pasado, visitando algunas tiendas y poco más.
Pisa está relativamente cerca, a poco más de una hora en coche, pero el trayecto se me hace pesadísimo, otra cosa curiosa de Italia que no os he contado es que aquí eso de usar la tarjeta de crédito para cualquier cosa no se da, la mayoría de las tiendas o directamente no tiene datafono, o tienen un límite para poder pagar que puede variar, pero que casi siempre está entre los 10 y los 20 euros. A lo que iba, hemos tenido que parar en 3 gasolineras hasta encontrar una que aceptase tarjeta, y así poder llenar el depósito (menos mal que aún me quedaba ¼ parte cuando empecé a buscar).
Llegamos a Pisa muy temprano, localizamos el hotel a la primera, está en una calle principal a uno 15 minutos andando del centro histórico, pero no tiene bañera, tras interrogar al conserje, no dice que no tienen ninguna habitación con bañera, pero sí que tienen una con yacuzzi, tras consultar la lista de precios, decidimos pagar la diferencia, y pillamos la suite del hotel para poder de disfrutar de un buen baño caliente, que ya ni recuerdo cuando fue la última vez.
Pillamos un autobús, y directos al centro antiguo, Pisa a primera vista parece una ciudad normal, pero conforme vas avanzando su encanto empieza a envolverte, sobretodo conforme te vas acercando a la torre, por el camino aprovechamos que hay un restaurante con menús bastante chulos abierto, y hacemos una parada recuperadora.
La torre es algo fantástico, pero no sólo la torre, el conjunto que forma junto a la catedral, es una postal digna de conservar, la torre no es tan grande como uno se espera, pero la inclinación es bestial, sobretodo cuando la miras de lejos y de lado. Eso sí, pagar 15 euros por subir me parece un abuso desmesurado, que nos negamos a pagar, lo que sí hacemos es pagar 2 euros por visitar la catedral, miramos las murallas, descansamos un rato, y aprovechamos para ultimar los últimos regalos en los puestos callejeros, donde me asombro al descubrir que hay uno que tiene datafono.
Un rato después ya hemos visitado prácticamente todos los lugares de interés que figuran en el mapa, Pisa es realmente pequeña, en 3-4 horas te las recorres, y ponemos rumbo hacia el hotel, no sin antes hacer una parada en el MediaWorld, una de las variantes de la famosa empresa alemana, y tras dejar las cosas en el hotel, nos dirigimos a un megacarrefour a pillar sales de baño, bebida para el resto del viaje, y poco más.
Un buen baño relajante con burbujas y chorros a presión es todo lo que necesitaba para hacer mañana más de 300 kilómetros hasta Venecia, nuestra penúltima parada.
Ferrero Rocher de varios sabores, entre ellos fresa, limon, avellana, almendra y coco mmm
Potitos de bebes de carne de caballo???
Discos escuchados: REM “Monster”, Madonna “Hard Candy”
Series vistas: El séquito y Héroes
Pos eso
No hay comentarios:
Publicar un comentario