martes, 14 de abril de 2009

Fuerteventura Día 3 y 4

El plan del día 3 era ir a Cofete, que nos habían dicho que era una de las mejores playas de la isla, aunque había que ir por una carretera no asfaltada casi todo el trayecto, lo que no nos dijeron fue que la carretera estaba llena de piedras, 14 kilometros por la que desde ya es la peor por la que he transitado jamás, al principio no podía pasar de 30 km/h, con el 4x4 conectado, ya conforme íbamos avanzando le metí un poco más de caña al coche, pero nunca por encima de 50, porque entre las rocas y las curvas daba un poco de mal rollo. Aunque lo más sorprendente fue que el GPS se la conocía a la perfección (como me encanta el bichejo)
La playa en sí es impresionante, pero el tiempo no acompañaba demasiado, estaba algo nublado y hacía bastante viento, aunque por suerte la marea había bajado no ha mucho, y no se levantaba arena, pero el principal problema fue que vimos una aguaviva encallada en la playa, así que no nos bañamos, y al rato de estar ahí nos volvimos a buscar otro lugar donde estar.
Estuvimos un rato por la costa, hasta que encontramos a Morro del Jable, donde hacía un calor de muerte y el agua estaba helada, pero muy buena : - ), y ahí nos quedamos hasta que fue la hora de almorzar, tomando el sol y baños de arena de vez en cuando (menudo viento joer XD)
Por la tarde vieron al hotel Silvia con Fernando y nos quedamos en la habitación hablando un buen rato, hasta que finalmente tiramos para la zona del Castillo a cenar y luego a tomar un par de copas en el mismo local de los Irlandeses del día anterior.

El último día, nos levantamos temprano y pasamos gran parte de la mañana solos tirados en la piscina del hotel (hasta casi las 12 la gente no empezaba a salir de las habitaciones XD), y a eso de las 11:30 nos fuimos al Spa del hotel a hacer el circuito de hidroterapia, donde estuvimos exactamente 2 horas entre agua fría, caliente, chorros a presión y las dos saunas.

Como yo aún tenía ganas de playa, y JR quería ir a alguna de las famosas de arena blanca nos compramos un par de bocatas para dirigirnos a las playas de Corralero, donde nos refugiamos en una “corralita” que había libre a tomar el sol, sin que el viento nos molestara, lo único malo es que toda la costa tenía bandera roja y pasamos de bañarnos…
Ya por la tarde fuimos a buscar a Silvia-Fernando, para ir por el centro de la isla, a La Antigua, Jandía, pasando por el monumento a Unamuno, la Iglesia de Betancuria, el Castillo del Tostón, y poco más.

Por la noche cenamos en un restaurante megaescondido que se conocía Fernando, y terminamos nuevamente en el bar de los irlandeses.

Al día siguiente a primera hora nos volvimos a Las Palmas, en un viaje de lo más tranquilo al principio, y de lo más asqueroso hacia el final, en el que el barco no paró de moverse, dejándome el estomago de lo más revuelto, menos mal que pude dormir un poco.

La verdad es que no creo que vuelva a Fuerteventura, no le encuentro el intríngulis de ir a otra isla para tener más o menos lo mismo que uno tiene aquí, aunque también es verdad que si no llega a ser porque tenía la excusa de ir a ver a Silvia tampoco creo que hubiese ido, de hecho tengo bastante familia viviendo ahí, y nunca he acompañado a mi madre las veces que me ha instado a ir con ella.

Pos eso

3 comentarios:

Reena dijo...

Yo tampoco volveré, no hay nada que hacer y encima las comunicaciones son horribles, como has dicho.

Pero que no se diga que no has descansao!!!

Reena dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ALG dijo...

La mañana que pasé en el Spa ciertamente ayudó a eso XD

De resto estubimos todo el día de un lado para otro, cuando volvía al hotel me dormía en 5 minutosXD, y a las 7 de la mañana 8 más tardar ya estaba en pie... XD