Inspirada en la novela "La escafandra y la mariposa" escrita por Jean Dominique Bauby como consecuencia de un accidente en diciembre del 1995 que lo proyectará en el universo del "Locked in Syndrom" (encerrado en sí mismo). Totalmente paralizado, no pudiendo moverse, comer, hablar, ni respirar sin asistencia, el antiguo redactor en jefe de la revista "Elle" dicta entonces letra por letra parpadeando con su párpado izquierdo una especie de carné de viaje inmóvil.
Para empezar debo reconocer que cuando me leí la sinopsis de la película me temí lo peor, no me atraía lo más mínimo, pintaba como el típico drama de superación y tal, un tema tremendamente duro para hacer sufrir, pero lo que me encontrado dista mucho de mis expectativas, ahí debo reconocer que me ha cautivado. Schnabel evita en todo momento el sufrimiento, la sensiblería, y nos cuenta una historia de una forma bellísima, no se ceba, no intenta dramatizar la situación al máximo, te la cuenta de una forma completamente alternativa, nada tradicional. Puede que ahí radique su fuerza, es capaz de ponerte en el punto de vista de una persona que prácticamente sólo puede ver por un ojo, con la cámara ofreciéndote durante al menos 20 minutos únicamente lo que ve nuestro protagonista, y ¡funciona!, es algo realmente alucinante.
Además la inclusión de numerosos flashbacks del pasado del personaje, o de su imaginación hacen la perfecta vía de escape, tan necesaria para no cansar, así las dos historias van avanzando al mismo tiempo, ofreciendo una abanico completo.
Hay que destacar otro personaje principal en la historia, la música de Paul Cantelon que insufla vida a la historia en todo momento, como un amigo invisible que está presente en todo momento.
En definitiva una gran película, perfectamente contada e interpretada.
Puntuación 8
Para empezar debo reconocer que cuando me leí la sinopsis de la película me temí lo peor, no me atraía lo más mínimo, pintaba como el típico drama de superación y tal, un tema tremendamente duro para hacer sufrir, pero lo que me encontrado dista mucho de mis expectativas, ahí debo reconocer que me ha cautivado. Schnabel evita en todo momento el sufrimiento, la sensiblería, y nos cuenta una historia de una forma bellísima, no se ceba, no intenta dramatizar la situación al máximo, te la cuenta de una forma completamente alternativa, nada tradicional. Puede que ahí radique su fuerza, es capaz de ponerte en el punto de vista de una persona que prácticamente sólo puede ver por un ojo, con la cámara ofreciéndote durante al menos 20 minutos únicamente lo que ve nuestro protagonista, y ¡funciona!, es algo realmente alucinante.
Además la inclusión de numerosos flashbacks del pasado del personaje, o de su imaginación hacen la perfecta vía de escape, tan necesaria para no cansar, así las dos historias van avanzando al mismo tiempo, ofreciendo una abanico completo.
Hay que destacar otro personaje principal en la historia, la música de Paul Cantelon que insufla vida a la historia en todo momento, como un amigo invisible que está presente en todo momento.
En definitiva una gran película, perfectamente contada e interpretada.
Puntuación 8
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