sábado, 28 de febrero de 2009

Interné y sus misterios

El viernes por la noche me quedé de repente sin conexión en este ordenador sin motivo aparente..., pero era muy tarde como para ponerme a investigar que pasaba, supuse que el servidor había fallado o algo parecido, y como nunca le pasa nada, tampoco le dí demasiada importancia.

El sábado por la noche parecía sin funcionar, pero no pude ponerme a investigar mucho más a parte de comprobar el rooter, los cables y eso, lo normal vamos.
Hoy he visto que el ordenador principal no sólo tenía internet, si no que iba de puta madre, o sea que algo fallaba con este, ¿la red?, algún parche que me haya desconfigurado algo?, algún parche que haya hecho que el firewall no le trasmita datos a este...

AGGGGRRRGHHHH Interneeeeee!!!!!!
Trás tocar el firewall de este ordenador, ver si podía restaurar el sistema a un punto anterior... y demás, he empezado a pensar que a lo mejor era el cable lo que no rulaba, así que he cogido el portatil, le he conectado el cable y trás un par de minutos podía navegar con él.

He comprobado que todo iba bien y he vuelto a poner el cable en este ordenador, y joder ha funcionado

Hay veces que no entiendo estas cosas...

En fin al menos ha servido para algo, al no tener conexión me he puesto a hacer el listado de mis discos y series favoritas del 2008... a ver si esta noche me pongo y os hago el top 15, con mucho retraso, pero bueno...

Pos eso

Por cierto hay otra cosa que me tiene alucinado, en el blog hay una entrada que suele estar entre las más visitadas, pues hará 2 semanas dejó de recibir visitas, para esta semana volver a estar ahí...

Cosas rara rara...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Misterios de la ciencia... jajaja en éste caso de internet. La dragona

Nisa Arce dijo...

Leer esta entrada ha sido como ver a Mejuto Mojamuto. Aaaaghh no hay Interneeeee xD

Leí tu mail. Qué pena que no pudieras leerlo, jeje, pero bueno, al menos se intentó ;-)

ALG dijo...

Sip grandes misterios de la ciencia...

Y la verdad es que fue una pena :-(

En fin