“Cartas desde Iwo Jima” de Clint Eastwood (2006)

Hace poco menos de un mes que pudimos ver la visión americana de La batalla de Iwo Jima en “Banderas de nuestros padres”, ahora podemos ver la visión japonesa de la misma en “Cartas desde Iwo Jima”, no deja de ser un hecho doblemente atípico, por un lado que un director realice dos películas en el mismo año dando dos puntos de vistos completamente opuestos, y por otro, poder ver una película sobre la segunda guerra mundial desde los ojos del otro bando.

Lo mejor de “Cartas desde Iwo Jima” es que se centra en los hechos que ocurrieron en la isla desde que empiezan a prepararse para el ataque enemigo, transcurriendo el 90% de la historia ahí, no se aleja contándonos otras historias como ocurría en “Banderas…”, aquí también hay flashbacks, pero estos tienen como función principal ahondar en los personajes principales, sus historias y algunas de sus motivaciones personales. Nos encontramos con un relato mucho más sólido e intimista, un drama mucho más intenso. Contándonos puramente una historia de guerra a la vieja usanza, sin salirse en ningún momento de la línea principal.

El guión me parece grandioso, reflejando no sólo toda la crudeza del fanatismo japonés sino el propio miedo de los soldados al fracaso y a una muerte anunciada, de como la cabezonería de los tenientes les impide buscar otros rumbos de acción distintos a los establecidos, como los planes del general asignado para llevar a cabo las estrategias de la batalla, son puestos continuamente en duda, porque pensar y seguir tácticas americanas en la lucha, siguiendo el mismo camino que el enemigo, es considerado como una traición; pero principalmente el acto de morir con honor como única forma de defensa en la flaqueza, en esa lucha dual sobre la dignidad contra la vergüenza, que nuestra mente occidental apenas puede asimilar.

También cabe destacar el uso de la fotografía, en este caso creando un ambiente muy oscuro, otorgando un realismo aún más intenso al logrado en “Banderas” (y que bebía directamente de “Salvad al soldado Ryan”), alcanzando imágenes aún más naturales, creando unos tonos grises naturales que son pura maravilla. Los actores están increíbles, cada uno completamente fusionado con su personaje, subrayando el papel de “Ken Watanabe” (General Tadamichi), enorme tanto en su papel en la isla, como en los flashbacks.

Otra de las cosas que me han sobrecogido son los puntos en que se une a “Banderas”, pequeños retazos que se cuentan sin anunciarlo momentos importantes de ambas. Como lo que ocurre en la cueva tras el fracaso del primer puesto de combate. O la visión que tiene cada bando sobre el contrario.

Una película para recordar, uno de los relatos más intimistas que recuerdo en mucho tiempo, y ante todo la mirada del director, esa extraordinaria sensibilidad a la que Eastwood ya nos tiene acostumbrados.

Puntuación 8.5